En apartados anteriores vimos dibujos con
carbón y tiza (“Volumen y Claroscuro”) con cretas de colores y sanguina
(“Bodegón a la creta”) con cretas blanca y negra (“Dibujo paso a paso de
bodegón”) y con lápices de colores (“Pintando con lápices de colores”) en
esta ocasión haremos un ejercicio dibujando con grafito.
En los apartados de “Materiales” y “Lápices
de grafito” ya vimos lo más elemental sobre los lápices de grafito, ahora
veremos una forma de aplicar esta técnica, probablemente la más básica después
del carboncillo.
Como modelo para este ejercicio he elegido
mi propia mano, haciendo un chiste fácil por que era el modelo que tenía más a
mano.
Como se puede apreciar la mano está
iluminada lateralmente desde la izquierda con luz difusa, luz natural
procedente de una ventana, provocando unas sombras suaves pero con suficiente contraste
tonal para determinar su volumen. Sugiero revisar el apartado de “Iluminación”
a aquellos que no hayan tenido ocasión de leerlo todavía.
Comenzamos haciendo un simple dibujo a
líneas con un lápiz claro para que sea fácil de borrar las líneas de tanteo y
el cuadriculado si hubiésemos utilizado este procedimiento para reproducir el
modelo. Usamos un HB (según código europeo) ó nº 2 (según código USA, nº 1 =
blando como un 2B, nº 2 = dureza media como un HB, nº 3 = duro como un H y nº 4
= muy duro como un 3H)
El dibujo en esta fase no debe tener
sombreado ni ser excesivamente detallado eso lo haremos en la fase de
entonación o valoración. Este tipo de dibujo recibe el nombre de dibujo de
contornos.
Si en “Pintando con lápices de colores”
comenté que en esa técnica no se usaba la goma ni convenía usar el
difumino, en esta ocasión dibujando con lápices de grafito ocurre todo lo
contrario. Vamos a dibujar tanto o más con la goma y el difumino que con los
lápices.
En esta foto puede verse todo el dedo índice
terminado, a la espera del ajuste final de entonación para la armonización del
conjunto. Aunque en pasos posteriores lo veremos con detalle, adelanto que hice
un sombreado con un lápiz 2B para las sombras claras, un 4B para las sombras
más oscuras y para el oscuro profundo de los pliegues de la piel un 8B. Luego
utilicé el difumino para “pulir” el modelado. Los brillos los obtuve con
reservas del blanco del papel y los brillos en zonas de sombra “punteando” con
la goma moldeable.
Recordaréis que en el apartado
“Difuminado” ya vimos como difuminar con los dedos, en dibujos de pequeño
tamaño como este es preferible utilizar el difumino en lugar de los dedos.
Los difuminos pueden ser de diferentes
grosores según fabricante aunque similares, generalmente de 4, 8, 10, 14, 16,
20 y 25 milímetros. Para este dibujo he utilizado tres difuminos, de 4, 8 y
10 mm.
Normalmente uno de sus extremos lo usamos
para tonos claros y el otro para fundir tonos oscuros. Al cerrar los poros del
papel se consigue un sombreado uniforme, esto acentúa el efecto
volumétrico y suaviza las transiciones entre sombras y luces.
En esta fase en el dedo medio, corazón ó
dedo tercero, que de las tres maneras se le puede llamar, he hecho una
base rayada con lápiz 2B muy suave ya que estos trazos deberán
desaparecer con el difuminado o esfumado, dejando reservas para luces.
Estas líneas de base se pueden dibujar paralelas, en zig-zag ó en ovillo
para facilitar su fusión.
Con relación a los lápices en general
recomiendo los de carcasa hexagonal, ya que los cilíndricos suelen rodar sobre
la mesa de trabajo y caer al suelo. Estos golpes rompen la mina en su interior
y cuando sacamos punta se desprenden fácilmente lo segmentos de mina lo que ocasiona
un bajo aprovechamiento del lápiz que si es de calidad suele ser algo caro.
Y ya que hablamos de sacar punta al lápiz,
comentaré algo básico sobre las formas de afilar un lápiz. Hay tres clases de
afilado:
Punta redondeada que es la más apropiada
para la mayor parte de trazos.
Punta muy fina, para obtener trazos muy
finos y limpios, para detalles de mucha precisión, o para realizar tramados de
líneas muy juntas.
Punta en bisel, para trazos muy gruesos.
Para que la punta tenga su mayor eficacia,
ya que se consume muy rápidamente, no debe ser muy corta, se descubrirá
entre 8 y 10 milímetros de grafito y unos 2 ó 2,5 centímetros de madera.
El lápiz amarillo es un HB (punta muy fina)
el rojo un 4B (punta redondeada) y el granate un 8B (punta en bisel). Como se
puede ver cuanto más bajo es el tono por tanto más oscuro, más blando y
más alto el número, mayor es el grosor de la mina.
Este es el estado del dedo medio
después de usar el difumino.
En el apartado de “Difuminados” ya
comentamos como recuperar un difumino viejo afilándolo con una cuchilla pero si
no se dispone de una cuchilla que corte muy bien o no se es muy habilidoso en
esta labor se puede emplear otro método para afilar un difumino.
El procedimiento es el siguiente:
Foto 1.- Difumino viejo con los extremos desgastados.
Foto 2.- Agarramos el difumino en posición
vertical y lo apoyamos sobre la mesa.
Foto 3.- Aplastamos su extremo inferior
fuertemente contra la mesa. Esto ocasionará que el papel enrollado en su
interior se desplace hacia arriba de modo que el extremo superior “crecerá”.
Foto 4.- Si no tenemos bastante
fuerza para conseguir que salga suficiente papel nuevo podemos terminar
la faena empujando con algo duro. Aquí estoy utilizando un portaminas metálico.
Finalmente lijamos la punta del difumino,
limpiamos con un trapo y ya está listo para servirnos durante algún tiempo
más.
Bien, continuamos con el dibujo.
En esta última fase queda terminado el
dedo medio una vez hechos los acentos de las sombras más oscuras con un lápiz
4B. Con la goma maleable he hecho los realces de luz. La sombra se
acentúa, la luz se realza.
La idea más común es que la goma sirve
para borrar las líneas o manchas sobrantes en un dibujo, pero también sirve
para dibujar por que el lápiz dibuja la sombra pero la goma dibuja la luz. En
la práctica se dibuja con lápiz, difumino y goma. Me atrevo a afirmar que
los tres instrumentos en la misma jerarquía. La goma como instrumento de dibujo
está a la orden del día.
En su función más primaria la goma se
utiliza en la fase temprana de la obra para corregir errores de encaje, líneas
básicas, etc. pero a medida que avanza la obra la goma se utiliza sólo para
corregir pequeños defectos y termina convirtiéndose en un instrumento de
dibujo tan importante como el lápiz, como dije la goma dibuja la luz, es decir
sirve para abrir luces en zonas en que sobre el grafito.
Hay muchas marcas y tipos de goma, incluso
borradores eléctricos. Las más populares son la plástica, muy suave, no
abrasiva y no daña el papel; la de miga de pan, de caucho sintético muy
apropiada para grafito; pero mi favorita es la maleable que es la que he
usado para este dibujo.
La principal ventaja de la goma maleable,
además de no dejar virutas de goma, es que puede moldearse su forma según nos
convenga. Este es el uso que le he dado en este dibujo. He dado forma
puntiaguda a la goma, como si fuese plastilina, al objeto de borrar muy
pequeñas zonas de grafito, semejante a un “goteo” de blancos en una zona de
sombras, para reproducir pequeñísimos puntos de luz, de brillos, causados por
la humedad de la piel.
Esto se consigue “punteando” con la goma,
es decir sin arrastrarla ni frotarla sobre el papel, sino presionando
sobre el papel y levantado otra vez sin “salirse” del punto borrado,
“empapando” como se utilizaría un algodón para limpiar una herida.
Estas son las gomas mencionadas la 430
plástica, la 612 de caucho sintético y la goma maleable con la forma en la que
más habitualmente la uso, puntiaguda, para borrar muy pequeñas zonas de
grafito, creando “manchitas” claras o “trazos” claros.
En esta imagen se puede ver como abro
pequeñas luces en una zona de sombra creada previamente con un rayado de grafito
y pulida posteriormente con difumino. El punteado con la goma es la operación
final.
Y así es como está hasta este momento el
dibujo de una mano hecho según el procedimiento explicado para el dibujo del
dedo medio. Es decir, rayado con lápices grafito de los tonos que convenga,
difuminado con el grosor de difumino que interese y posteriormente apertura de
luces con goma maleable.
A partir de ahora vamos a utilizar otro
procedimiento para acabar el dibujo. En lugar de lápices de grafito y difumino
vamos a utilizar grafito en polvo y pincel. Hemos empezado dibujando con
lápices y vamos a terminar pintando con pinceles.
El grafito en polvo se puede encontrar en
tiendas de BB. AA. generalmente en tarros de 150 ó 175 gramos de grafito
puro, si bien es cierto que es algo caro, de modo que si no se utiliza
frecuentemente quizá no interese mucho.
El polvo se puede emplear sobre madera,
lienzo, yeso o cualquier superficie absorbente. Se puede trabajar con los
dedos o con pincel, incluso con agua o aguarrás obteniendo unos tonos muy
luminosos e intensos. La mayoría de esos impresionantes retratos que hemos
visto que “parecen fotografías” en realidad están “pintados” con polvo de
grafito, detalles con lápiz y luces abiertas con goma.
Para este ejercicio y a modo de
prueba podemos utilizar el grafito de nuestros propios lápices. Bastará
que lijemos la mina de un lápiz y recojamos el polvo resultante para emplearlo
posteriormente.
Como dispongo de barras de grafito más
gruesas y anchas que un lápiz me resulta más cómodo lijarlas, así que he
elegido una barra de un tono 6B y otra 4B, que será suficiente para la obra que
estamos haciendo. Un poco de polvo bastará ya que el dibujo es pequeño.
Bien, pues se trata de “mojar” el pincel
en el polvo de grafito y aplicarlo al papel suavemente, lo que hacemos es
pintar con pintura seca o si se prefiere dibujar con un pincel, probando
previamente el tono en papel aparte, no cargar nunca el pincel con polvo y
pintar directamente.
Para este trabajo es preferible
pinceles de pelo corto, más o menos ancho según el trazo o la mancha que
queramos hacer. Usando pinceles distintos para tonos distintos vamos modelando
el claroscuro y reservando blancos aunque luego usemos la goma para las
luces y brillos.
Recomiendo pintar de menos a más, es decir
comenzar con tonos claros e ir oscureciendo progresivamente, esto es mucho más
fácil que aclarar por que deberíamos usar la goma que para manchitas demasiado
oscuras podría valer pero para grandes manchas más oscuras de lo debido no hay
soluciones fáciles por que el papel tiene “memoria” y por donde pasó la goma el
nuevo trazo o mancha reacciona diferente que por una superficie virgen.
Así quedó la mano terminada después de
sombrear con el pincel y sacar luces con la goma. Los brillos alargados de los
pliegues del metacarpo del pulgar los saqué con la goma y la línea de sombra
adjunta a ellos la hice con pincel. Finalmente con lápiz dibujé el vello.
Ahora dibujamos el fondo en una gradación
de gris claro a negro desde abajo hacia arriba. Lo haremos con un lápiz de tono
muy bajo, es decir un 8B. Como el campo a rellenar es relativamente grande y
para evitar sacar punta al lápiz constantemente utilizamos una barra de grafito
y con un difumino fundimos los trazos de grafito.
Una barra de grafito, como se puede ver en
la fotografía, es una mina de grafito pero sin la carcasa de madera que tienen
los lápices de modo que para cubrir extensiones grandes resulta muy práctica ya
que no hay que sacar punta, toda la barra es "punta". Se fabrican en
diversos tonos como los lápices de grafito y se identifican por el mismo
código de número y letra.
Y ya doy por finalizado este ejercicio de
dibujo al grafito con lápiz de grafito, barra de grafito, polvo de grafito,
difumino (o esfumino), pincel y borrador. Espero que haya servido de
ayuda.